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Con la inflación y el impacto de la reforma laboral en juego, millones de trabajadores colombianos ven con incertidumbre las negociaciones del salario mínimo para 2025, que inician a finales de noviembre.
Las expectativas de un aumento para mejorar el poder adquisitivo de las familias se encuentran en tensión con la reforma impulsada por el presidente Gustavo Petro, que los sindicatos consideran fundamental para mejorar las condiciones de los trabajadores, pero que empresarios y expertos advierten podría elevar los costos laborales de las empresas, especialmente las mipymes.
Para muchos trabajadores, la necesidad de un incremento es imperativa, considerando la inflación que podría cerrar en 5,1 % y que afecta directamente sus finanzas.
Fabio Arias, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, afirmó que los sindicatos abogan por un aumento del 15 %, en contraste con la recomendación del Banco de la República de un alza del 6,1 %.
Arias, por su parte, asegura que la cifra propuesta por el banco central sería insuficiente, dado el contexto de inflación y la demanda de mejoras laborales en sectores de bajos ingresos. “La subida debería realmente ayudar al bolsillo de la clase trabajadora, que es la más afectada por el alza en los precios”, señaló.
Por su parte, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, adelantó que el incremento será de un solo dígito, basado en la inflación y en el índice de productividad. Este último, que en 2023 reflejó una productividad laboral de -0,7 % y por hora de 0,76 %, continúa siendo un indicador clave para los ajustes salariales.
No obstante, la reforma laboral, en discusión en el Senado y criticada por algunos sectores empresariales, agrega incertidumbre, dado que podría incrementar los costos de contratación hasta en un 34 %, afectando especialmente a las mipymes, según un análisis de Crowe Co.
Además, el crecimiento económico proyectado en un 1,9 % para 2024 y 2,9 % para 2025, junto con una leve baja en la tasa de desempleo nacional, de 9,1 % en septiembre, generan un panorama mixto.
Mientras el gobierno destaca estos resultados como señales de recuperación, sectores laborales advierten que la reforma debe incluir mecanismos que reduzcan la informalidad y faciliten el acceso a empleos formales y estables.
Finalmente, la inflación sigue siendo uno de los factores más observados en el debate. En octubre de 2024, el índice registró una variación negativa del -0,13 %, pero en términos anuales se ubicó en 5,41 %.
La ciudadanía, especialmente los hogares de ingresos bajos y medios, espera que estos indicadores se reflejen en una mejora real de su poder adquisitivo, lo cual, según los sindicatos, solo será posible con un ajuste significativo del salario mínimo, acorde con las necesidades de la mayoría de los colombianos.