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Violación a normas de construcción, riesgo de caleños ante sismos

Por: Jorge Escobar Banderas

La ola de sismos cotidianos que viene azotando a Colombia ha puesto a Cali en la mira de los especialistas, que ven el riesgo causado por su desbordado e irregular desarrollo. El más reciente recordatorio ocurrió en la madrugada de este jueves en el municipio de El Bagre, en el Bajo Cauca antioqueño, aunque sin graves consecuencias.

Ese riesgo que pende sobre la capital vallecaucana -según los especialistas consultados-  se da porque el crecimiento de la capital valluna ha sido rápido y desorganizado, lo que ha dado como resultado centenares de edificaciones que a lo largo del tiempo fueron levantadas sin seguir criterios técnicos. Pero ¿esto es una eventual amenaza en caso de un temblor?

De acuerdo con la geógrafa Nathalie García Millán, los daños y afectaciones derivados por un sismo no deben ser atribuidos a la magnitud, sino también a la vulnerabilidad presentada por la infraestructura, que en muchas ocasiones no sigue un proceso constructivo idóneo para el tipo de suelo donde se construye.

Cali se ubica en el valle del río Cauca y en las goteras de la cordillera Occidental. Además, es atravesada por siete ríos que a su paso arrastran sedimentos y otros tipos de materiales. Según García, “esa dinámica es la que ha configurado los suelos de la ciudad, a eso se le denomina suelos de carácter aluvial, suelos de depósito y que debido a sus características pueden tener diferentes respuestas ante un sismo”.

Hay que tener en cuenta que solo tras el terremoto de Popayán en 1984 fue que se adoptó en Colombia un código de construcción sismorresistente. Y en el caso de Cali, las edificaciones de barrios populares y tradicionales y de alta densidad habitacional, como San Antonio, Obrero, San Fernando, San Nicolás y Vipasa, entre otros, fueron diseñados y levantados antes de que se exigiera norma alguna al respecto.

Incluso barrios de construcción más reciente, como Tequendama, El Limonar, La Flora y Álamos son anteriores a la vigencia del requisito que establece los parámetros de sismorresistencia de las edificaciones, por lo que sus construcciones en su mayoría son susceptibles de riesgo, aunque este se ha minimizado en las que en esas mismas zonas se ha reedificado.

Para los especialistas, es por esto que la ladera y el oriente caleño están de la misma forma expuesta a los efectos de un sismo que sea similar al de Popayán o Armenia, dado que alrededor de un 70 % de las construcciones incumple la regulación sobre sismorresistencia.

A manera de paradoja, fue en esa zona del oriente en donde se asentaron miles de damnificados del terremoto de 1979, que azotó a la costa Pacífica y por el que nació el denominado Distrito de Aguablanca, en especial con asentamientos subnormales e irregulares carentes de cualquier especificación sismorresistente.

Esa informalidad es una de las razones por las que las construcciones de esos sectores podrían verse afectadas por un evento sísmico de gran intensidad. 

En el caso de los suelos de carácter aluvial y de depósito, como los de la zona de ladera, este territorio se extiende desde la comuna 1, con barrios como Terrón Colorado y Aguacatal, hasta las comunas 18 y 20. Solo en estas dos últimas se estima que residen alrededor de 240 000 personas, conforme a los cálculos del Departamento Administrativo de Planeación de Cali. 

Para los expertos, un sismo podría ser el detonante de fenómenos que conlleven grave riesgo en la ciudad. Así lo sostiene la geógrafa Millán, quien alude a los posibles movimientos de masa que pueden originarse en sectores de ladera, como por ejemplo, el que puede afectar a lo que corresponde al barrio Meléndez, asentado en el piedemonte del suroeste caleño. 

Uno de los vecinos de este barrio, Ray Tejada, aseguró: “Por el hecho de vivir en una zona de ladera se tiende a tener más riesgo por los deslizamientos que podría causar el sismo. Digamos que, en el sector de mi casa si tendría alguna forma de resguardo, pero si el sismo fuera muy fuerte no tendría como resguardarme ni a mí, ni a mi familia”.

Con relación a los otros puntos que también se verían afectados es el oriente de Cali. García explicó que los suelos en esta área son depósitos de área proveniente del río Cauca y cuando ocurre un sismo de importante magnitud, ellos pueden perder la capacidad de soporte debido a su alto contenido de agua.

Para la profesional en geología, una de las formas de prevenir las afectaciones es conocer e identificar el tipo de suelo del lugar donde se va a ejecutar una obra y así emplear los métodos de construcción adecuados. 

Es por ello que ya Cali cuenta con un estudio de microzonificación sísmica, oficializado mediante decreto municipal de marzo de 2014, que divide a la ciudad por sectores, de acuerdo con su respuesta ante un eventual movimiento telúrico. Además, fija una serie de parámetros de diseño y construcción sismorresistentes. 

De igual manera, en 2022  la ciudad participó del proyecto internacional TREQ, cuyas siglas en español refieren a Capacitación y comunicación para la evaluación de riesgos por terremotos, el cual fue liderado por la Fundación Global Earthquake Model (GEM). Tuvo por objetivo hacer una evaluación del riesgo presentado por un sismo en la ciudad. Las conclusiones de este informe fueron remitidas a la Alcaldía de Cali. 

Bajo esa perspectiva, desde la Secretaría de Gestión del Riesgo de Emergencias y Desastres se actualiza el Plan Municipal de Gestión del Riesgo, donde se identifican las condiciones de vulnerabilidad existentes y se plantean una serie de respuestas ante posibles situaciones de peligro. Se espera que este documento se adopte oficialmente antes de finalizar 2023.

Imposible predecir un sismo

Parte de la prevención que debe tener la ciudadanía es no caer en noticias falsas, las cuales generan pánico y temor. Por ello, la geógrafa Nathalie García Millán desvirtuó algunas informaciones que han venido circulando por estos días en redes de mensajería instantánea. 

Una de las afirmaciones más comunes es que cuando hay mucho calor es porque va a temblar. García sostuvo que los sismos se generan por una dinámica interna del planeta y las condiciones climáticas y atmosféricas no tienen incidencia alguna. 

Al ser consultada sobre la posibilidad de predecir un sismo resaltó que no hay un método científico que permita hacerlo. Sin embargo, existen los estudios de amenaza, que permiten conocer cuáles son las zonas donde existe mayor probabilidad por sus condiciones geológicas. 

Puntualizó que diariamente se presentan sismos, como el ocurrido esta madrugada con epicentro en El Bagre, y muchos de ellos no son percibidos por la población, por lo que corresponde a un proceso natural de la tierra como planeta. La geógrafa Nathalie García Millán invitó a la ciudadanía a no dejarse llevar por mensajes poco o nada verificables y mantenerse informados a través de instituciones oficiales.

 

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