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Con más de 69 millones de votos populares y una victoria decisiva en los estados clave, Donald Trump se impuso en las elecciones presidenciales de 2024, asegurando su regreso a la Casa Blanca por segunda vez.
En una contienda marcada por la polarización y el desgaste electoral, el expresidente republicano superó a la actual vicepresidenta Kamala Harris, quien no pudo replicar el éxito de la administración de Joe Biden en los comicios de 2020.

A pesar de su esfuerzo en los llamados ‘estados bisagra’, Harris no logró asegurar los votos decisivos, permitiendo a Trump superar los 270 electores necesarios para la victoria.
El triunfo de Trump fue consolidado en los denominados ‘swing states’ como Georgia, Carolina del Norte, Pensilvania, Michigan y Wisconsin. que han sido determinantes en los últimos ciclos electorales.
La victoria en estos estados marcó una diferencia significativa frente a las expectativas iniciales de un estrecho empate, especialmente después de la caída en popularidad de Joe Biden, quien decidió no postularse para la reelección tras su polémica actuación en el debate de junio de 2024.
Trump celebró el resultado ante sus seguidores en el Centro de Convenciones de Palm Beach, en Florida, acompañado de su esposa Melania y de figuras claves de su campaña, como su hija Lara Trump.
Mientras tanto, Kamala Harris, que había esperado con incertidumbre los resultados en Howard University, reconoció la derrota con una breve intervención:
“Hoy hemos enfrentado un desafío monumental, pero la lucha continúa”, expresó la vicepresidenta, quien destacó los logros de su administración y el compromiso con el país. No obstante de la derrota, los demócratas aseguraron que seguirán trabajando por un futuro mejor para los estadounidenses.

El resultado no solo supone el regreso de Trump a la presidencia, sino también el control del Senado por parte del Partido Republicano, tras la victoria en diversas contiendas clave, como las de Bernie Moreno en Ohio, Jim Justice en Virginia Occidental y Deb Fischer en Nebraska.
Con esos triunfos, los republicanos aseguran una mayoría significativa para enfrentar los desafíos legislativos durante los próximos años.
Con la victoria en las urnas, Trump ha logrado un respaldo popular histórico para un candidato republicano, superando los 69 millones de votos frente a los 64 millones obtenidos por Harris.
Este apoyo popular, junto con el control del Colegio Electoral, refuerza su posicionamiento como el líder de la nación, en un mandato que, según sus propias palabras, será “histórico y transformador”.