Con esta historia, la estudiante de Comunicación Social-Periodismo de Unicatólica Valentina Rodríguez fue finalista -tercer lugar- en el concurso ‘Informando para la integración; Nuevas narrativas en torno a la migración’, del diario El País, con el respaldo del proyecto ‘Integra’ de Usaid, en el marco del proyecto ‘Cali Incluyente’.
Por: Valentina Rodríguez Chacón
“Uno como inmigrante también se puede integrar a las dinámicas del país”, son las palabras de Jorge Escobar Banderas, un joven inmigrante venezolano que a sus 26 años sigue derribando las fronteras de la xenofobia.
La madre Teresa de Calcuta una vez dijo: “La vida es un reto que hay que aceptar, una felicidad que hay que ganarse, una aventura que hay que probar”.
Este dicho representa a la perfección el esfuerzo de Jorge Escobar Banderas, quien luego de salir de su país natal Venezuela y llegar a Colombia logró encontrar una oportunidad para reinventarse y continuar con sus sueños en la ciudad de Cali.
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Según las estadísticas de Migración Colombia presentadas en enero de 2024, en el país habitan cerca de 2 millones 857 000 venezolanos, de los cuales 2 millones 293 000 cuentan con Permiso de Protección Temporal, PPT, el cual les permite acceder a servicios de educación, salud y empleo.
En la capital del Valle residen 130 678 migrantes venezolanos, correspondientes al 4,57 % del total nacional.
Uno de esos es Escobar Banderas, quien creció en una familia migrante colombiana. Sus padres, oriundos de Florida, Valle del Cauca, migraron al país vecino hace muchos años, por esto, desde pequeño estuvo inmerso en la cultura de Colombia, ya que en su hogar no se veían los canales de noticias de Venezuela, sino que la pantalla se cubría con programación de Caracol y RCN.
“Me crié viendo las cosas de acá, con la cultura de acá, entonces yo decía en algún momento quiero trabajar en Caracol, en El País”, explicó Jorge Escobar, quien además añadió: “Cuando decido estudiar Comunicación Social, pues digo: vamos a darle, porque esto es el futuro”.

Antes, Jorge Escobar Banderas había iniciado su carrera universitaria de Comunicación Social y Periodismo en la Universidad Arturo Michelena, en Valencia, Venezuela, a la cual ingresó dos semanas después de graduarse del bachillerato.
Luego de cursar nueve semestres, y faltando solo realizar las prácticas, la crisis en su país empeoró, por lo que con dolor tuvo que dejar la carrera. Esto fue un golpe duro en su vida. No obstante, al llegar a Colombia decidió que “había que encontrar una forma de volverlo a hacer, de volver a estudiar”.
El desafío de estudiar en Colombia
Sin embargo, no fue sencillo para él ingresar a la educación superior. Consultó en la Universidad Autónoma de Occidente y se encontró con que un semestre costaba $7 millones, valor que no podía pagar puesto que trabajaba como domiciliario durante el día, y él buscaba estudiar en las noches.
Además, en ese momento él no tenía crédito con el Instituto Colombiano de Crédito Educativo y Estudios Técnicos en el Exterior, Icetex, por lo que en palabras de Escobar “era imposible”.
Posteriormente, acudió a la Fundación Universitaria Católica Lumen Gentium, Unicatólica, y logró entrar en la jornada nocturna, pudiendo trabajar durante el día y con esto pagar su carrera universitaria.
Aun así, este proceso fue dispendioso para él porque tuvo que certificar documentos, validar el ICFES, entre otros retos, que le tomaron desde marzo hasta agosto, prácticamente “a ras” del inicio del semestre.
Escobar resaltó: “Fue una manera bastante acertada e inteligente de poder continuar con el sueño, y que ya ahora en un mes (junio) ya finalizó esa etapa del título”.
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Durante su carrera, Escobar laboraba en una ONG como coordinador de Comunicaciones. Sin embargo, este trabajo poco le gustaba. Recibía el salario mínimo, del cual le descontaban la seguridad social, en otras palabras, lo tenían como contratista.
Él recalca que “no le alcanzaba” y que “cuando preguntaba el porqué, no me daban respuesta”. Cansado de esto, un día mientras deslizaba la pantalla de su celular en la aplicación de Instagram encontró su oportunidad de reinventarse.
Un sueño que se hizo realidad
Escobar visualizó una publicidad de Caracol Radio sobre un concurso por una beca para practicar en esta cadena radial. Sin pensarlo dos veces envió un perfil que había realizado para un parcial de Géneros Periodísticos, curso que le dictó el docente Ricardo Pérez Vargas, por quien manifiesta aprecio y admiración.
La historia era sobre una lideresa del oriente de Cali, cuyo escrito él presentó porque le llamaba la atención la labor de empoderamiento y emprendimiento que hacia la mujer. Hasta que un día de noviembre lo llamaron. Al inicio pensó que era una estafa, pero en la noche despejó sus dudas: había ganado realmente.
“Tuve que esperar y en la noche, con una videollamada por Zoom, veo a una de las periodistas de Caracol Radio. Ella se presenta frente a todos y nos dice: ‘Ustedes han sido ganadores, les vamos a mandar el tiquete a Bogotá todo pago, vengan y demás’. Y yo… ¡WOW!”.
“Hubo un gesto muy bonito y es que en el vestíbulo de Caracol Radio había fotos de cada uno de los participantes y parte de la historia, y ahí pusieron que era inmigrante venezolano. No puedo decir si fue algo que influyó, pero lo destacaron”, recuerda el joven periodista.
De ahí que Escobar manifieste: “Quiero verlo como una posibilidad de que uno como inmigrante se puede integrar a las dinámicas del país, creo que no fue una limitación. Fue un sueño”.
Para Escobar, su meta es seguir superándose día a día, complementando sus saberes, adquiriendo conocimientos sobre consejos de redacción, sobre periodismo de investigación y, la más reciente, terminar de cursa un diplomado virtual sobre el periodismo de soluciones con la Universidad de Texas.

Este joven es un claro ejemplo de que todos, sin importar la nacionalidad, pueden aportar al lugar en el que están.
En 2023, Escobar participó en un proyecto llamado ‘Un Valle que se atreve’, en el que se reconoció las potencialidades que tiene el departamento en temas de turismo, economía y demás, para mostrarlas y que las personas se sientan orgullosas de su región.
A él le pareció curioso que pusieran a un inmigrante a decirle a las personas que conozcan la cultura y lo positivo del Valle del Cauca.
“Uno de afuera les coge más cariño a las cosas nuevas. Creo que ser migrante no es de jugar en contra, sino que ha sido algo a favor y que de una u otra manera ha incidido en esa parte de poder generar esa confianza con los demás. Si uno no tiene pertenencia con el lugar donde llega, no puedes vivir bien”, expresó el joven.
“Como migrante estás llegando a una casa ajena, entonces toca aprender a respetar esas diferencias y eso es muy importante”, añadió Escobar.
Este joven soñador menciona una frase que tiene el himno de Cali: “En esta tierra nadie es esclavo ni extraño”. Con alegría expresa que así es como él se ha sentido aquí: nunca ha sido un extraño.
Por eso resalta: “Los caleños son personas muy abiertas, dadas a conocer, a querer hablar contigo, muy queridas, que te ayudan. Me siento caleño, quiero mucho esta ciudad”.
Así como Jorge Escobar Banderas, hay miles de inmigrantes venezolanos que se esfuerzan por seguir sus sueños en este país, sobrepasando las fronteras de la xenofobia y demostrando que todos, sin importar la nacionalidad, pueden tener sentido de pertenencia con el lugar en el que están y aportar desde los saberes y habilidades al crecimiento continuo de la sociedad.
Por esto, es importante dejar de lado los estereotipos y apoyar a las personas, entendiendo que todos son seres humanos y tienen los mismos derechos, y que en algún momento se logra cosechar los frutos del esfuerzo, logrando visibilizar historias como la del sueño del periodista Jorge Escobar.