Por: Carmen Lorena Landázuri Preciado
Los habitantes de calle, que provienen en su gran mayoría del barrio El Calvario, se han convertido en una población flotante que rota por muchas zonas de Cali. Muchos buscan refugio alrededor de las zonas verdes y andenes.
“Diariamente se pueden ver más de 30 indigentes rondar las calles del barrio. Varios han cogido el vicio de quedarse dormidos en las entradas de las casas y por eso es que los vecinos expresamos nuestra inconformidad a las autoridades para que los alejen”, relató Hugo Osorio, un residente del barrio Aranjuez, tradicional sector cercano al centro de Cali.
“Aproximadamente 8000 indigentes deambulan y se asientan en las diferentes calles de Cali y es la ciudad del país con más habitantes de calle por cada 100 000 residentes”. Así lo sostiene la concejal Alexandra Hernández, quien afirmó que son muchas personas en esa condición y un 11 % de ellos serían adultos mayores.
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De ahí que Hernández también sostuviera que “esta cantidad pone en riesgo la seguridad de los caleños, al no tener control de hechos como el consumo de drogas, la mala disposición de las basuras en vía pública por temas de rebusque y los atracos o robos a vehículos y residencias, que ponen en deterioro muchos espacios”.
También aprovechó para denunciar que entre 2020 y 2023 se invirtieron en Cali más de $30 000 millones en atención a esta población, sin que ello haya contribuido a reducir el número de personas en condición de calle. Afirmó -además- que al contrario, en comunas como la 2, 3, 9 y la 12, esta dinámica es recurrente y pareciera en aumento.
Vecinos descontentos del barrio Aranjuez han iniciado acciones voluntarias para que este problema no les siga afectando en mayor proporción, puesto que están cansados de lidiar con situaciones incómodas que se presentan a cada rato con los habitantes de calle, como lo manifiesta Giovanny Cartagena, dueño del supermercado Aranjuez.
“Es un problema con los indigentes porque no respetan, doy a los clientes un espacio amplio y cuando no les daban se enojaban y tiraban la basura, esto hizo que cada que se aposentaban en los andenes me tocaba levantarlos porque me estaban perjudicando mi negocio y la gente, cuando los veían, preferían ir a comprar a otra parte”, dijo Cartagena.

En forma simultánea al aumento de personas en condición de calle, en este sector se ha aumentado. Pululan la mendicidad, los robos, el consumo de drogas y el deterioro de espacios públicos, debido a que utilizan cualquier esquina como baño y a que al buscar entre la basura esparcen desechos en las calles.
Para contrarrestar ese accionar, los vecinos pagan a los vigilantes del barrio para que estos ayuden a cuidar el sector.
“Toca cuidar los parques, las calles, los vehículos, porque los indigentes están robando y fuera de eso enmugran los andenes de las casas, porque dejan esas bolsas de basura todas rotas”, aseguró Carlos Valencia, uno de los vigilantes del barrio Aranjuez.
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“En estos días había dejado mi bicicleta recostada en el andén de una de las casas, que es como altico, solo me descuidé un momentico, cuando voy a ver ya venía uno de ellos a echarle mano”, recalcó el vigilante.
Desde la Junta de Acción Comunal, JAC, del barrio Aranjuez fue reiterada esa situación, que además es un ejemplo de lo que ocurre en otras zonas de Cali.
“Es un problema que afecta a la comunidad fuertemente, he buscado la manera para tratar de que se disminuya este tipo de problemática, he acudido a las estaciones de policía para solicitar más acompañamiento de las patrullas en el barrio y para que cuando se les solicite estén más atentos”, indicó Rodrigo Velazco, presidente de la JAC de Aranjuez.
“Pero no tanto es el miedo de que los habitantes de calle se roben algún objeto de alguna casa o un vehículo, sino es que ya los vecinos aburridos, cansados, agarren a alguna de estas personas, le hagan algo o de rabia les puedan ocasionar la muerte por un linchamiento y la policía no esté presente”, expresó Velazco.
Para las autoridades, estos hechos son complejos y difíciles, porque reconocen que en muchas de las ocasiones están limitados o tienen las manos atadas, debido alas condiciones de los habitantes de calle.
“Son un problema social y a quien corresponde atenderlos es al gobierno, ya que a nosotros nos queda muy difícil puesto que estas personas, la mayoría de ellas, tienen problemas mentales, no tienen documento de identidad, se les judicializa y se les hace el proceso de retenerlo, pero estos requieren otros tratamientos y no van a la cárcel por su demencia”.
Quien así se manifestó fue el subintendente Héctor Molina, quien integró en su momento el cuadrante 64, correspondiente a la comuna 9 y agregó: “Atendemos el llamado y lo máximo que podemos hacer con un habitante de calle es llevarlo a un hogar de paso”.
Durante su campaña, el alcalde Alejandro Éder dijo que una de las prioridades de su administración será la lucha contra el hambre. En ese sentido, resaltó el trabajo que hace Samaritanos de la Calle, uno de los 76 comedores que actualmente se encuentra abierto en la ciudad.
Para lograrlo, la Alcaldía de Cali cuenta con un programa de Bienestar Social, llamado Programa Habitante de la Calle, que es el sistema de atención conque busca fortalecer los procesos de atención integral de la población de habitante de calle y las estrategias de mitigación del impacto del fenómeno social en la ciudad.
Mientras ese propósito de garantizar los derechos de las personas en situación de calle, al promover su desarrollo humano e inclusión social se cumpla, los casi cinco mil habitantes que se estiman residen en el barrio Aranjuez, permanecen a la expectativa de que ese fin se logré para que, de una vez por todas, se acabé con la problemática que los afecta.